Uno de los primeros cristianos en desarrollar un criterio para la
interpretación de las profecías fue Ireneo de Lion (130-200 d. C.). Ireneo fue
un destacado apologista y estudioso de los escritos de Pablo y Juan. Fue
discípulo de Policarpo de Esmirna (70-155 d. C.), quien a su vez, según la
tradición, fue discípulo del apóstol Juan.
La postura de Ireneo fue que las profecías de Daniel y Apocalipsis
se cumplen desde los días del profeta hasta el fin de los tiempos. A este
criterio se le conoce como Historicismo. El también llamado “premilenialismo histórico" fue posiblemente la
primera manera de entender los últimos tiempos entre los cristianos que vivieron
inmediatamente después de los apóstoles”[1]
Esta postura fue adoptada también
por Lactancio (240-320), Justino Martir (100-165), y posiblemente Papías
(60-130), otro discípulo de Juan.[2]
Con el tiempo la iglesia cristiana, influenciada por la mentalidad abstracta
grecorromana, comenzó a interpretar la biblia en forma alegórica (también
llamada espiritualista). Esta forma de interpretación, mantenida por el
catolicismo durante la edad media, fue aplicada a las profecías por los padres
de la iglesia Orígenes (185-254 d. C.) y Agustín (354-430 d. C.) Ellos no
creían en un cumplimiento literal y concreto del Apocalipsis sino más bien
creían que el cumplimiento de las profecías sería espiritual. Por ejemplo,
Agustín enseñó que la 2º venida de Cristo se cumplió con la cristianización del
Imperio Romano, y que el anticristo era un símbolo del mal que existe en el
mundo.
El criterio de la reforma protestante.
Con la Reforma Protestante en el siglo XVI y su principio de Sola
Scriptura, se dejó de lado el criterio alegórico por que permitía que la
interpretación quedara al criterio arbitrario y antojadizo del exegeta. Como,
según pensaban correctamente los reformadores, la Biblia se interpreta a sí
misma, no existe cabida para el criterio alegórico y adoptaron el criterio
historicista.
Como sabemos, el gran mensaje de la reforma protestante fue el de la
Justificación por la fe sin las obras de la ley, junto con esta la autoridad de
la Biblia sola como norma de fe, el sacerdocio de todos los creyentes y otras
doctrinas, pero en cuanto a profecías no hubo mucho avance exegético; sin
embargo, vieron el cumplimiento de las profecías del cuerno pequeño de Daniel,
del hombre de pecado de Tesalonicenses y de la bestia de apocalipsis 13 en el
papado, al cual llamaron El Anticristo:
- · “Estamos aquí con la convicción de que el papado es la sede del Anticristo verdadero y real … personalmente yo declaro que yo no le debo ninguna obediencia al Papa así como al Anticristo” (Lutero - Sermón 18 de Ago. de 1520).
- · “Esta enseñanza [de la supremacía del Papa] muestra con fuerza que el Papa es el Anticristo mismo, que se ha exaltado a sí mismo por encima de todo, y se opone en contra de Cristo, porque no va a permitir a los cristianos ser salvos sin su poder, que sin embargo, no es nada, y no es ni ordenado ni mandada por Dios” (Lutero - Smalcald Articles, II).
- · “Dado que es cierto que los pontífices y los monjes han prohibido el matrimonio, es más manifiesto, y verdad sin lugar a dudas, que el Romano Pontífice, con toda su orden y reino, es el mismo Anticristo. Del mismo modo, en 2 Tes. II, Pablo dice claramente que el hombre de pecado reinará en la iglesia que se exalta a sí mismo sobre la adoración de Dios.” (Melanchton, discípulo y sucesor de Lutero - Disputationes, No. 56, “On Marriage”).
- · “Que mis lectores entiendan que estoy aquí combatiendo esa opinión con la que el Anticristo Romano y sus profetas han impregnado todo el mundo – viz. que la misa es una obra en la que el sacerdote ofrece a Cristo, y los otros que en la oblación lo reciben, ganan méritos con Dios.” (Calvino - Los Institutos Libro IV, “De la Misa Papista”)
Existen muchas otras citas, pero estas son suficientes para mostrar
la postura reformada con respecto al Anticristo.[3] [4]
El criterio historicista de interpretación profética y la
identificación del papado como el anticristo fue mantenido por la iglesia
evangélica protestante por más de 350 años. Fue parte de las confesiones de fe
de muchas iglesias[5], y
cristianos posteriores a la reforma seguían teniendo esa idea: Thomas Cranmer
(1489-1556), John Knox (1505-1572), Roger Williams (primer pastor bautista en
Norteamérica, 1603-1683), John Wesley (fundador del metodismo, 1713-1791)[6], Jonathan
Edwards[7], y muchos
otros. El gran predicador del siglo XIX Charles Spurgeon dijo en un sermón “El
protestantismo de Inglaterra es el sueldo del maestro del Papa. Me da vergüenza
que los hijos de los reformadores… deben inclinarse ante la bestia, y darles ni
un solo centavo al santuario del hijo primogénito del diablo. Mirad por
vosotros mismos, sois los protestantes, para que no seáis partícipes de sus
plagas; no toquéis de ella, para que no sean contaminados. Dele un dracma a
ella, o un grano de incienso a sus censores, y seréis partícipes de sus
adulterios y partícipes de sus plagas. Cada vez que pasas por la casa del
Papado deja una luz de maldición sobre su cabeza: Así ha dicho Jehová el Señor:
– «¡Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, y
no recibáis de sus plagas. Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y
Dios se ha acordado de sus maldades”[8]
Los criterios de la contrarreforma.
Puesto que el criterio historicista identificaba al papado como el
anticristo la Iglesia Católica, a través de los jesuitas, desarrolló criterios
alternativos.
Luis de Alcázar desarrolló el criterio preterista: Él decía
que las profecías apocalípticas no eran tales sino que el autor (Daniel o Juan)
escribieron acerca de acontecimientos de su tiempo en lenguaje simbólico[9]. Él decía,
por ejemplo, que el anticristo (la primera bestia de Apocalipsis 13) fue el
emperador Nerón, quien persiguió a los cristianos. Según Alcázar, el
Apocalipsis no se referiría a acontecimientos posteriores al año 100 d. C., por
lo que no podría referirse al papado como el anticristo. Este criterio ha sido
adoptado por los teólogos liberales y es parte de los comentarios de la Biblia
católica versión Latinoamericana.
Otro sacerdote jesuita llamado Francisco de Rivera desarrolló el
criterio llamado futurista. Él decía que las profecías apocalípticas de
Daniel, Pablo y Juan comenzarían a cumplirse 7 años antes
de la 2º venida de Cristo. El enseño que el Anticristo seria un individuo, que reconstruiría el templo en Jerusalén , aboliría
la religión Cristiana, negaría a Cristo, sería recibido por los Judíos,
pretendería ser Dios, y conquistar el mundo y todo en el corto espacio de tres
años y medio, por lo tanto no podría ser el papado.
Posteriormente el jesuita chileno Manuel Lacunza utilizó este método
para escribir un comentario sobre Apocalipsis en varios tomos titulado “La 2º
Venida de Cristo en Gloria y Majestad” bajo el seudónimo de Ben Ezra. Lacunza
llegó a la conclusión de que en el tiempo del fin los judíos tendrían un papel
protagónico en el cumplimiento de las profecías.
La escatología[10] futurística
de Lacunza incluye lo siguiente:
·
El cumplimiento de Apocalipsis 4-22 es todavía futuro.
·
Los tres años y medio del dominio del Anticristo
son literales.
·
El Israel "literal" será recogido y convertido durante la gran
tribulación que tomará lugar inmediatamente antes de la Segunda Venida de
Cristo. Dios entonces "literalmente"
cumplirá todas sus promesas del pacto a la nación "literal" de Israel.
·
El milenio será un periodo de paz sobre la tierra donde las personas
vivirán en sus cuerpos mortales.
·
Durante el milenio, el "literal" sistema de sacrificio
será re-establecido en el Templo de Jerusalén "literal".
El libro de Lacunza fue traducido al inglés por Edward Irving, un
predicador inglés. Basado en el protagonismo que Lacunza dio a los judíos al
final del tiempo, Irving llegó a la conclusión de que la iglesia cristiana iba
a ser raptada de este mundo antes de que estos eventos. Una discípula de Irving
llamada Margaret MacDonald tuvo una visión donde vio que la venida de Cristo
ocurriría en 2 fases: En la primera fase vendría por los justos y en la segunda
fase vendría con ira a castigar a las naciones.
John Nelson Darby, considerado el padre del dispensacionalismo,
creía que Israel y la Iglesia eran reinos separados, con promesas y destinos
diferentes. Darby se trasladó a Escocia para conversar con Irving acerca de sus
posturas. Fue Darby quien sistematizó la escatología de Irving, dando origen al
dispensacionalismo al dividir la historia en diferentes eras o dispensaciones.
El dispensacionalismo de Darby influyó en varios cristianos de
finales del siglo XIX, entre ellos al famoso predicador Dwight L. Moody y al
pastor presbiteriano James H. Brookes. Estos influenciaron a Cyrus Ingerson
Scofield quien escribió comentarios a la Biblia que lleva su nombre. Fue
gracias a esta Biblia que el dispensacionalismo futurista penetró en la gran
mayoría del pueblo evangélico protestante. Hoy en día, salvo los liberales
preteristas, el evangelicalismo fundamentalista ha abrazado prácticamente en su
totalidad el futurismo, solo unos pocos se mantienen fieles al historicismo.
Como dijo un escritor “somos una pequeña isla historicista en medio de un
océano dispensacionalista”.
Conclusión.
El método futurista (del cual deriva el dispensacionalista)[11], como el
preterista y el alegórico, tienen su origen en la Iglesia Católica Apostólica
Romana. El historicismo tiene su origen en la reforma protestante aunque sus
raíces llegan hasta los primeros cristianos. La iglesia evangélica fue
historicista desde la reforma por más de 350 años hasta que los jesuitas
infiltraron el futurismo como arma de la contrarreforma para acallar las voces
que identificaban al papa como el anticristo. El futurismo de Rivera y Lacunza
fue desarrollado por Irving y Darby y popularizado por Scofield dando origen al
dispensacionalismo y al rapto secreto.
[1] El fin de los tiempos: Cuatro
perspectivas (folleto), B&H Español.
[3] Ver por ejemplo http://apologista.wordpress.com/2009/03/15/la-iglesia-primitiva-y-el-rapto-%C2%A1la-verdad-que-usted-debe-conocer/
[4] Es interesante de que antes de la reforma algunos
cristianos identificaban al papado como el Anticristo. Agustín escribió: ”Digo
con seguridad por lo tanto, que quienquiera que se llama Obispo Universal, o
hasta desea en su orgullo ser llamado tal, es el precursor de Anticristo.”. Es
interesante saber que desde el año 400 aproximadamente, algunos cristianos,
basados en la profecía de Daniel 7, oraban para que el Imperio Romano no cayera
y apareciera “el temible anticristo”. Los Valdenses, grupo que se mantuvo fiel
a la verdad bíblica durante la edad media y que vivió escondido en las montañas
del norte de Italia para evitar la persecución, escribieron en la “Confesión de
Fe de los Valdenses de Año de Nuestro Señor 1120” lo siguiente: 9. Creemos
también, que, después de esta vida, existen sólo dos lugares – uno para los que
son salvos, el otro para los condenados, los cuales llamamos paraíso e
infierno, negando por completo el purgatorio imaginario del Anticristo,
inventado en oposición a la verdad. 11. Nos mantenemos en contra de todas las
invenciones humanas, como procedentes del Anticristo, las cuales producen
angustia y que son perjudiciales para la libertad de la mente. (Se alude
probablemente a las penitencias y prácticas ascéticas).” Johann Hus, llamado
“El lucero de la reforma” por predicar la justificación por la fe 100 años
antes que Lutero, dijo que el anticristo era el Papa en su tratado “De la anatomía del anticristo”. John Wyclif también
identificó al papado como el anticristo.
[5] El Segundo Libro de
Disciplina de la Iglesia de Escocia 1578: De la Iglesia y la política de ella
en general, y en donde es diferente de la política Civil “6. Es un título
falsamente usurpado por el Anticristo de llamarse la cabeza de la Iglesia, y no
debería ser atribuido a un ángel, ni un hombre, de que cualquier estado que sea
él, aparte de Cristo, el único Cabeza y el Rey de la Iglesia.”
El Pacto Nacional de la Iglesia de Escocia 1580: “Pero detestamos y rehusamos, en especial, la autoridad de ese Anticristo Romano [el Papa] que ha usurpado por encima de las Escrituras de Dios, [imponiéndola] sobre la Iglesia, sobre el magistrado civil y sobre las conciencias de los hombres. Y viendo que muchos son movidos por Satanás y por ése Anticristo Romano, de prometer, jurar, firmar y por un tiempo usar los santos sacramentos en la iglesia engañosamente, contra sus propias consciencias (ocupándose por este medio en pervertir y trastornar secretamente la religión verdadera de Dios dentro la Iglesia) primero, al amparo de religión fingida y después, cuando el tiempo sea conveniente, volverse enemigos abiertamente y perseguidores de la misma, (bajo la vana esperanza de obtener dispensaciones del Papa, inventadas contra la Palabra de Dios, para su mayor confusión, y para su doble condenación en el día del Señor Jesús).”
El Pacto Nacional de la Iglesia de Escocia 1580: “Pero detestamos y rehusamos, en especial, la autoridad de ese Anticristo Romano [el Papa] que ha usurpado por encima de las Escrituras de Dios, [imponiéndola] sobre la Iglesia, sobre el magistrado civil y sobre las conciencias de los hombres. Y viendo que muchos son movidos por Satanás y por ése Anticristo Romano, de prometer, jurar, firmar y por un tiempo usar los santos sacramentos en la iglesia engañosamente, contra sus propias consciencias (ocupándose por este medio en pervertir y trastornar secretamente la religión verdadera de Dios dentro la Iglesia) primero, al amparo de religión fingida y después, cuando el tiempo sea conveniente, volverse enemigos abiertamente y perseguidores de la misma, (bajo la vana esperanza de obtener dispensaciones del Papa, inventadas contra la Palabra de Dios, para su mayor confusión, y para su doble condenación en el día del Señor Jesús).”
La
Confesión de Fe de Westminster 1647. Capítulo 25 De la Iglesia: “6. No hay más cabeza de la iglesia que el
Señor Jesucristo; y no puede en ningún sentido el Papa de Roma ser cabeza de
ella; ya que es aquel Anticristo, aquel hombre de pecado e hijo de perdición
que se exalta en la iglesia contra Cristo y contra todo lo que se llama Dios.”
[6] “Está en un sentido enfático, el hombre de pecado, ya
que aumenta todo tipo de pecado sobremanera. Y él es, también, un estilo
propiamente el Hijo de Perdición” (El anticristo y sus 10 reinos, pág. 110)
[7] En su obra “Una historia de la redención” enseñó que
desde 479 hasta el 800 fue el surgimiento del anticristo y desde el 800 hasta la reforma fue el reinado
del anticristo.
[8](Sermón 250," Guerra, Guerra, Guerra ").
[9]Daniel sería en realidad un autor desconocido que
escribió el libro en el 165 a. C y que escribió acerca de las atrocidades
hechas por Antíoco Epífanes, rey seleúcida que abolió la adoración en el templo
y persiguió a los judíos.
[10]Escatología se refiere al estudio de los eventos
finales, viene del griego ESCATON=últimas cosas.
[11]Aunque el dispensacionalismo es fuertemente futurista,
al hacer una brecha en el desarrollo profético, ponen parte del cumplimiento en
el pasado. Así parte de la profecía se cumplió en el pasado y parte se cumplirá
en el futuro. Daniel capítulos 8 al 12 se cumplieron en su totalidad en el
pasado según este criterio.
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