lunes, 13 de octubre de 2014

LOS EVENTOS FINALES Y EL EVANGELIO

En nuestros días no falta quien pretende explicarnos el futuro del hombre y el fin del mundo. Muchos de los tales nos dan sus interpretaciones proféticas enteramente aisladas del evangelio y de la verdad de la Justificación por la fe.

Si pasamos por alto lo que Cristo hizo en su vida, muerte y resurrección, no entenderemos correctamente los eventos finales. Las porciones proféticas de las Sagradas Escrituras están conectadas inseparablemente con las porciones evangélicas. Lo que necesitamos más que nada es que el evangelio determine nuestra explicación de las profecías.
El estudio de los eventos finales se llama “escatología”. Nuestra generación tiene más interés en las profecías bíblicas que ninguna otra. ¿Será que vivimos en el “tiempo del fin” predicho por Daniel?

LA LLAVE PROFETICA
El evangelio de Jesús es el cumplimiento de todas las demandas que Dios impuso sobre el pueblo de Israel. La gran responsabilidad fue llevada por Cristo Jesús. De parte del pueblo, Cristo quitó el pecado y trajo la justicia perdurable. En su vida, muerte, resurrección y ascensión Él cumplió las demandas de Daniel 9:24.
Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.
Como representante y rey de Jerusalén, Cristo cumplió las demandas de “terminar la prevaricación y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad”. En la cruz dijo “Consumad es” porque había quitado de en medio el pecado (Juan 19:30;  Hebreos 9:26) y había hecho reconciliación para la iniquidad (Romanos 5:10). No solo eso, sino que cumplió toda justicia. La trajo por medio de hacer toda la voluntad de Dios (Juan 17:14; Hebreos 10:5-10) “…el fin de la ley es Cristo para justicia…” El evangelio es el cumplimiento de Daniel 9:24.
Esta victoria selló la visión y la profecía de Daniel, estableciendo a la cruz como el punto clave que determina lo demás en la historia humana. Cuando el ángel Gabriel quiso dar al profeta Daniel sabiduría para entender sus visiones le dio la profecía de las 70 semanas. En ella se encuentra la llave profética para todo lo demás del libro. En cumplir esta profecía Cristo estableció para siempre la interpretación de la visión y las profecías de Daniel. Estableció a la cruz como la llave para entender las profecías. Las semanas, días y tiempos proféticos deben ser medidos desde el calvario. La seguridad de que todas las profecías y visiones tendrán su cumplimiento histórico es que Cristo ha confirmado el pacto. Dios mostró a Daniel lo que ha de acontecer. La visión es verdadera y fiel su interpretación.
Durante las 70 semanas fueron cumplidas las 6 cosa descritas por Gabriel en el principio de su explicación. Esto incluye también el “ungir al Santo de los Santos”. Cuando Cristo hubo padecido una sola vez por los pecados, el justo por los injustos (1 Pedro 3:18), ungió con su propia sangre el Santuario Celestial donde iba a comenzar su ministerio de perdón de pecados (Hebreos 2:17, 18; 8:1, 2; 9:18-24). Este ministerio celestial, sacerdotal de Cristo que es infinitamente mejor que el ministerio terrenal, sacerdotal de Aarón, fue inaugurado durante las 70 semanas. En la cruz Cristo hizo cesar el sacrificio y la ofrenda terrenal (Daniel 9:27, Lucas 23:45). Lo que Dios había dado a Israel bajo Moisés – tabernáculo, Canaán, Jerusalén, reyes; etc. -  había cesado. Cuando 10 días después de su ascensión Cristo, siendo exaltado a la diestra del Padre, comenzó su ministerio sacerdotal por medio de un derramamiento de relámpago (fuego), truenos (estruendo) y voces (lenguas) sobre su iglesia en el mundo (Apocalipsis 4:5; Hechos 2:1, 2, 31-36).

Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:
    Dijo el Señor a mi Señor:
    Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. m
Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

En la persona de su representante, el pueblo de Dios había cumplido las demandas del pacto y por medio de él los postreros días habían comenzado con el derramamiento del Espíritu de Dios. Ahora este representante está ministrando a favor de su pueblo los beneficios de su expiación  efectuado en la cruz “… de allí en adelante esperando que tus enemigos sean puestos por estrado de sus pies” (Hebreos 10:13) “y aparecerá por segunda vez sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:28)

Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. (Hechos 2:38, 39)

El evangelio fue el cumplimiento de la profecía clave de Daniel (9:24). El evangelio debe determinar nuestra explicación de las profecías. El evangelio debe determinar nuestra escatología.

Tomado de "Pregonero de Justicia", Life Research International,  volumen 5 Nº2
Si quiere complementar este estudio lea el post Daniel 9 ¿Menciona al Anticristo?

0 comentarios :

Publicar un comentario

Aunque se respeta la libertad de expresión, este sitio tiene por finalidad el compartir conocimiento bíblico para edificación. Cualquier comentario que no cumpla con este objetivo o que incluya groserías y comentarios despectivos será borrado.

Licencia Creative Commons
Estudio Profetico por Alfredo Vera Rodriguez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.