Vimos en un post anterior que el ángel de Apocalipsis 14 trae un mensaje de restauración del evangelio. Ahora dejaremos que la Biblia nos explique qué involucra esta restauración a través del epílogo de Eclesiastés.
La Biblia se interpreta a sí misma. Esta es la máxima de toda la hermenéutica protestante. El estudio cuidadoso y correcto de Las Escrituras involucra comparar los textos para que se expliquen. Veamos y comparemos el epílogo del libro de Eclesiastés:
Eclesiastés 12:13-14 (RVR1960) "El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala."
TEMER A DIOS
El texto, con sus matices, es muy parecido al mensaje que predica el primer ángel de Apocalipsis 14:
Apocalipsis 14:7 (RVR1960) "Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas."
APOCALIPSIS
14
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ECLESIASTES
12
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Temed a Dios
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Teme a Dios
|
Dadle gloria
|
Guarda sus mandamientos
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La hora de su juicio ha llegado
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Dios traerá toda obra a juicio
|
TEMER A DIOS
La definición bíblica de temor (cuando se refiere a Dios) es distinta a la moderna.
El concepto "temor" en la Biblia cubre un amplio espectro de emociones desde la preocupación profunda hasta el temor abyecto. A veces el temor involucra solo un sentido de respeto por alguien superior a uno (Rom. 13:7; 1 Ped. 2;8) o involucra un sentimiento de "temor reverente" (Luc. 5:26; 7:16)
Temor de Dios, entonces, no es temor A Dios, sino un profundo respeto, una suma reverencia, a aquel que es el Creador y el Redentor. Como los serafines de Isaías 6 que cubrían sus rostros, o los 24 ancianos que se postran ante el trono y echan sus coronas delante del trono de Dios.
DARLE GLORIA
Dar gloria a Dios no es solo alabarlo o adorarlo, por ejemplo, mediante el canto. Involucra algo mucho más profundo.
En Éxodo 33:18 Moisés pide ver la Gloria de Dios. Jehová le responde "Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente." Dios le dio instrucciones a Moisés para que se metiera en la hendidura de la peña y así proteger su vida, no sea que muera por la Gloria. Y cuando Dios pasa su Gloria delante de Moisés, este exclama (Ex. 34:6-8) "¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró."
Moisés vio la Gloria de Dios y lo reconoció fuerte, misericordioso, piadoso, tolerante, veraz, perdonador, justo y castigador.
Entonces, la Gloria de Dios es su Carácter. Pero si la gloria de Dios es su Carácter ¿Como es que glorificamos a Dios? Pues asimilando su carácter en nosotros. Jesús dijo "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto" (Juan 15:8) "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza", "el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad" (Gálatas 5:22, 23; Efesios 5:9). El fruto del Espíritu que Jesús espera que tengamos en nuestra vida para glorificar a Dios tiene las características del Carácter de Dios.
GUARDAR SUS MANDAMIENTOS
Juan nos manda en su texto a dar gloria a Dios asimilando su Carácter, Salomón nos llama a guardar sus mandamientos. El paralelo en ambos textos nos dice que se trata de lo mismo, es el mismo llamado.
Los Mandamientos son un reflejo del carácter de Dios, y como tal son inmutables y eternos tal cual es Dios mismo. La Biblia describe la Ley y Jehová con las mismas características:
Entonces, la Biblia nos enseña que dar gloria a Dios es asimilar su Carácter en nuestra vida, y esta asimilación está relacionada con guardar sus mandamientos que son el reflejo de este Carácter. La Biblia llama a este proceso un cambio de corazón mediante la renovación del Espíritu Santo: El Espíritu cambia nuestro corazón (naturaleza) al poner el Amor de Dios en nosotros (su carácter) mediante la escritura de los principios de su ley, es decir, recibir su ley en el corazón y recibir su amor (carácter) en el corazón es lo mismo.
1º Juan 3:4 (RVR1960) "El pecado es infracción de la ley"
Salmo 119:11 (RVR1960) "En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra tí"
Ezequiel 36:26-27 (RVR1995) "Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra."
Ezequiel 11:19-20 (RVR1960) "Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios."
Romanos 5:5 (RVR1960) "y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado."
Romanos 13:9-10 (RVR1960) "Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor."
El concepto "temor" en la Biblia cubre un amplio espectro de emociones desde la preocupación profunda hasta el temor abyecto. A veces el temor involucra solo un sentido de respeto por alguien superior a uno (Rom. 13:7; 1 Ped. 2;8) o involucra un sentimiento de "temor reverente" (Luc. 5:26; 7:16)
Temor de Dios, entonces, no es temor A Dios, sino un profundo respeto, una suma reverencia, a aquel que es el Creador y el Redentor. Como los serafines de Isaías 6 que cubrían sus rostros, o los 24 ancianos que se postran ante el trono y echan sus coronas delante del trono de Dios.
DARLE GLORIA
Dar gloria a Dios no es solo alabarlo o adorarlo, por ejemplo, mediante el canto. Involucra algo mucho más profundo.
En Éxodo 33:18 Moisés pide ver la Gloria de Dios. Jehová le responde "Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente." Dios le dio instrucciones a Moisés para que se metiera en la hendidura de la peña y así proteger su vida, no sea que muera por la Gloria. Y cuando Dios pasa su Gloria delante de Moisés, este exclama (Ex. 34:6-8) "¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró."
Moisés vio la Gloria de Dios y lo reconoció fuerte, misericordioso, piadoso, tolerante, veraz, perdonador, justo y castigador.
Entonces, la Gloria de Dios es su Carácter. Pero si la gloria de Dios es su Carácter ¿Como es que glorificamos a Dios? Pues asimilando su carácter en nosotros. Jesús dijo "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto" (Juan 15:8) "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza", "el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad" (Gálatas 5:22, 23; Efesios 5:9). El fruto del Espíritu que Jesús espera que tengamos en nuestra vida para glorificar a Dios tiene las características del Carácter de Dios.
GUARDAR SUS MANDAMIENTOS
Juan nos manda en su texto a dar gloria a Dios asimilando su Carácter, Salomón nos llama a guardar sus mandamientos. El paralelo en ambos textos nos dice que se trata de lo mismo, es el mismo llamado.
Los Mandamientos son un reflejo del carácter de Dios, y como tal son inmutables y eternos tal cual es Dios mismo. La Biblia describe la Ley y Jehová con las mismas características:
La
ley es
|
Dios
es
|
·
Perfecta (Salmo 19:7)
·
Fiel (Salmo 19:7)
·
Recta (Salmo 19:8)
·
Pura (Salmo 19:8)
·
Verdad (Salmo 19:9)
·
Santa (Romanos 7:12)
·
Justa (Romano 17:12)
·
Buena (Romanos 17:12)
·
Espiritual (Romanos 7:14)
·
Amor (Romanos 13:10)
|
·
Perfecto (Mateo 5:48)
·
Fiel (Deuteronomio 7:9)
·
Recto (Deuteronomio 32:4)
·
Puro (Salmo 51:4)
·
Verdad (Deuteronomio 32:4)
·
Santo (1º Samuel 2:2)
·
Justo (Deuteronomio 32:4)
·
Bueno (Marcos 10:18)
·
Espíritu (Juan 4:24)
·
Amor (1º Juan 4:8)
|
Entonces, la Biblia nos enseña que dar gloria a Dios es asimilar su Carácter en nuestra vida, y esta asimilación está relacionada con guardar sus mandamientos que son el reflejo de este Carácter. La Biblia llama a este proceso un cambio de corazón mediante la renovación del Espíritu Santo: El Espíritu cambia nuestro corazón (naturaleza) al poner el Amor de Dios en nosotros (su carácter) mediante la escritura de los principios de su ley, es decir, recibir su ley en el corazón y recibir su amor (carácter) en el corazón es lo mismo.
1º Juan 3:4 (RVR1960) "El pecado es infracción de la ley"
Salmo 119:11 (RVR1960) "En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra tí"
Ezequiel 36:26-27 (RVR1995) "Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra."
Ezequiel 11:19-20 (RVR1960) "Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios."
Romanos 5:5 (RVR1960) "y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado."
Romanos 13:9-10 (RVR1960) "Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor."
1º Juan 4:12, 13; 3:24 (RVR1960) "Si nos amamos unos a otros , Dios permanece en nosotros y su amor [su carácter] se ha perfeccionado en nosotros. En esto conocemos que permanecemos en Él y Él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu", "Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en Él. Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado"
Es triste ver como hoy día los cristianos evangélicos hemos reducido el principio del amor a mero sentimentalismo. Creemos y enseñamos que guardar la ley es legalismo, que los mandamientos fueron dados solo a Israel y que son del antiguo pacto (malentendiendo el antiguo y nuevo pactos) y que fueron abolidos en la cruz. Decimos que el amor reemplazó a la ley, pero ese amor es amanerado y sentimental. Pero el amor Bíblico, aquello derramado en nuestros corazones, es un principio activo que se manifiesta en acciones concretas acorde a la ley de Dios(*). Bíblicamente el amor no es sentir algo hacia el prójimo sino hacer cosas para el bien del prójimo en el marco de la ley de Dios (Romanos 13:9, lo mismo se puede decir del amor a Dios). Esto no es legalismo como algunos pretenden enseñar, ni es que el amor reemplazó a la ley. El nuevo pacto no abole la ley sino que la escribe en el corazón (Jeremías 31:33) y Romanos 13:10 enseña que el amor, lejos de abolir la ley la cumple y la confirma. Así que no se puede amar bíblicamente si no se guarda la ley, y no se puede guardar la ley sin caer en el legalismo si no se ama.
Apocalipsis 14 entonces nos enseña que al fin del tiempo habrá un movimiento representado por el primer ángel que buscará restaurar la ley de Dios. Mientras en el cristianismo actual son cada vez más los que predican (al contrario de sus antepasados espirituales) que la ley ya no rige para el cristiano, este movimiento llama a restaurar la ley a su verdadero lugar dentro del contexto de la salvación por la fe, a asimilarla en el corazón y a dejar que sus principios de amor basados en el Carácter de Dios transforme nuestro corazón, vivamos una nueva vida y pongamos sus preceptos por obra.
LA HORA DEL JUICIO
Mientras que Salomón llama a guardar los mandamientos porque viene el juicio, Juan describe a este movimiento llamando a glorificar a Dios mediante un carácter transformado (conforme a la ley) porque el momento del juicio ya llegó.
En el juicio la norma de justicia es la ley (Romanos 2:12; Santiago 2:12), de allí la advertencia que hace este movimiento.
Al contrario de lo que pueden pensar muchos cristianos, la Iglesia de Dios también será juzgada, es más, los cristianos seremos los primeros en ser juzgados. veamos los siguientes textos:
Eclesiastés 3:17 (RVR1960) "Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios"
Salmos 75:2 (RVR1960) "Al tiempo que señalaré yo juzgaré rectamente."
2 Corintios 5:10 (RVR1960) "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo."
Hebreos 10:30 (RVR1960) "Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo."
1 Pedro 4:17 (RVR1960) "Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?"
¿Cual es la relación entre el desarrollo del carácter conforme a la ley y el juicio? Dios espera que manifestemos el fruto de su Carácter en nuestras vidas transformadas. Lo que decimos con la boca refleja como es nuestro corazón y qué clase de fruto estamos dando (Mateo 12:36; Lucas 6:43-45). Aunque Dios conoce el corazón, este juicio es observados por millones en el universo (Daniel 7:9-10). Mateo 7:16-23 nos muestra que el fruto determina el verdadero carácter, que algunos aparentarán piedad y hasta harán algunos milagros, pero nunca fueron reconocidos por el Maestro. Los cristianos hemos llegado a ser espectáculo al universo (1º Corintios 4:9 NVI) En el juicio el carácter transformado es la prueba de una verdadera y sincera vida cristiana, una vida de obediencia a la voluntad del Padre es prueba de verdadero discipulado, para que no haya ninguna duda en el universo de que Dios es justo al perdonar a unos y no a otros. Por eso, ningún profeso cristiano al final será salvo si el Espíritu Santo no ha hecho una obra en su vida, ha transformado su carácter y no ha asimilado en su corazón los principios de la perfecta ley de Dios.
Este último movimiento en la tierra llama al pueblo de Dios a prepararse para el juicio final y definitivo.
CONCLUSION
Dar gloria a Dios significa asimilar su carácter de amor, esto se logra cuando el Espíritu Santo escribe en el corazón los principios de su carácter expresados en su ley, reflejo de su carácter. Asimilando los principios de la ley de Dios es que desarrollamos el fruto de su carácter en nuestras vidas. Esta obra es continua, y da testimonio de ser un verdadero discípulo del Señor, por ello en el juicio es fundamental un carácter transformado conforme a los principios de amor de su eterna ley manifestado en las obras del cristiano, ya que en este juicio se separan los verdaderos creyentes de quienes no lo son pues en el juicio se determina quien ha pasado por este proceso y quien solo ha aparentado piedad. Como el juicio es inminente para cada uno de los creyentes, Dios levantará al final del tiempo un movimiento representado por el primer ángel de Apocalipsis 14 que predicará el verdadero y eterno Evangelio, llamará a dar gloria a Dios invitando a asimilar su carácter y reflejarlo en la vida. mientras el pueblo cristiano ha dejado de lado la ley como abolida, este movimiento la restaura a su verdadera luz y llama a asimilar sus principios en el corazón para tener una verdadera transformación de carácter. Todo esto en preparación al juicio que ya ha llegado.
EPILOGO
Este movimiento llama a la restauración del verdadero evangelio, del verdadero carácter de Dios y de la ley en su verdadera luz. Aunque son más los cristianos que enseñan que la ley fue solo para los judíos y que fue abolida en la cruz, todavía hay muchos que enseñan la validez de los 10 mandamientos para el cristiano convertido. Pero este movimiento llama a ambos grupos a una reforma, ya que, a pesar de la sinceridad de estos últimos, todavía hay una parte de la ley que debe ser restaurada en forma especial en este último tiempo, como preparación para el juicio (nuevamente dejemos que la Biblia se interprete a sí misma, pues no cabe ya más comentario):
________________________________________________________________________
*Por ejemplo, amar al prójimo como a uno mismo como aparece en Levítico 19:18 consiste en hacer las acciones concretas de los versículos 9 en adelante.
Es triste ver como hoy día los cristianos evangélicos hemos reducido el principio del amor a mero sentimentalismo. Creemos y enseñamos que guardar la ley es legalismo, que los mandamientos fueron dados solo a Israel y que son del antiguo pacto (malentendiendo el antiguo y nuevo pactos) y que fueron abolidos en la cruz. Decimos que el amor reemplazó a la ley, pero ese amor es amanerado y sentimental. Pero el amor Bíblico, aquello derramado en nuestros corazones, es un principio activo que se manifiesta en acciones concretas acorde a la ley de Dios(*). Bíblicamente el amor no es sentir algo hacia el prójimo sino hacer cosas para el bien del prójimo en el marco de la ley de Dios (Romanos 13:9, lo mismo se puede decir del amor a Dios). Esto no es legalismo como algunos pretenden enseñar, ni es que el amor reemplazó a la ley. El nuevo pacto no abole la ley sino que la escribe en el corazón (Jeremías 31:33) y Romanos 13:10 enseña que el amor, lejos de abolir la ley la cumple y la confirma. Así que no se puede amar bíblicamente si no se guarda la ley, y no se puede guardar la ley sin caer en el legalismo si no se ama.
Apocalipsis 14 entonces nos enseña que al fin del tiempo habrá un movimiento representado por el primer ángel que buscará restaurar la ley de Dios. Mientras en el cristianismo actual son cada vez más los que predican (al contrario de sus antepasados espirituales) que la ley ya no rige para el cristiano, este movimiento llama a restaurar la ley a su verdadero lugar dentro del contexto de la salvación por la fe, a asimilarla en el corazón y a dejar que sus principios de amor basados en el Carácter de Dios transforme nuestro corazón, vivamos una nueva vida y pongamos sus preceptos por obra.
LA HORA DEL JUICIO
Mientras que Salomón llama a guardar los mandamientos porque viene el juicio, Juan describe a este movimiento llamando a glorificar a Dios mediante un carácter transformado (conforme a la ley) porque el momento del juicio ya llegó.
En el juicio la norma de justicia es la ley (Romanos 2:12; Santiago 2:12), de allí la advertencia que hace este movimiento.
Al contrario de lo que pueden pensar muchos cristianos, la Iglesia de Dios también será juzgada, es más, los cristianos seremos los primeros en ser juzgados. veamos los siguientes textos:
Eclesiastés 3:17 (RVR1960) "Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios"
Salmos 75:2 (RVR1960) "Al tiempo que señalaré yo juzgaré rectamente."
2 Corintios 5:10 (RVR1960) "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo."
Hebreos 10:30 (RVR1960) "Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo."
1 Pedro 4:17 (RVR1960) "Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?"
¿Cual es la relación entre el desarrollo del carácter conforme a la ley y el juicio? Dios espera que manifestemos el fruto de su Carácter en nuestras vidas transformadas. Lo que decimos con la boca refleja como es nuestro corazón y qué clase de fruto estamos dando (Mateo 12:36; Lucas 6:43-45). Aunque Dios conoce el corazón, este juicio es observados por millones en el universo (Daniel 7:9-10). Mateo 7:16-23 nos muestra que el fruto determina el verdadero carácter, que algunos aparentarán piedad y hasta harán algunos milagros, pero nunca fueron reconocidos por el Maestro. Los cristianos hemos llegado a ser espectáculo al universo (1º Corintios 4:9 NVI) En el juicio el carácter transformado es la prueba de una verdadera y sincera vida cristiana, una vida de obediencia a la voluntad del Padre es prueba de verdadero discipulado, para que no haya ninguna duda en el universo de que Dios es justo al perdonar a unos y no a otros. Por eso, ningún profeso cristiano al final será salvo si el Espíritu Santo no ha hecho una obra en su vida, ha transformado su carácter y no ha asimilado en su corazón los principios de la perfecta ley de Dios.
Este último movimiento en la tierra llama al pueblo de Dios a prepararse para el juicio final y definitivo.
CONCLUSION
Dar gloria a Dios significa asimilar su carácter de amor, esto se logra cuando el Espíritu Santo escribe en el corazón los principios de su carácter expresados en su ley, reflejo de su carácter. Asimilando los principios de la ley de Dios es que desarrollamos el fruto de su carácter en nuestras vidas. Esta obra es continua, y da testimonio de ser un verdadero discípulo del Señor, por ello en el juicio es fundamental un carácter transformado conforme a los principios de amor de su eterna ley manifestado en las obras del cristiano, ya que en este juicio se separan los verdaderos creyentes de quienes no lo son pues en el juicio se determina quien ha pasado por este proceso y quien solo ha aparentado piedad. Como el juicio es inminente para cada uno de los creyentes, Dios levantará al final del tiempo un movimiento representado por el primer ángel de Apocalipsis 14 que predicará el verdadero y eterno Evangelio, llamará a dar gloria a Dios invitando a asimilar su carácter y reflejarlo en la vida. mientras el pueblo cristiano ha dejado de lado la ley como abolida, este movimiento la restaura a su verdadera luz y llama a asimilar sus principios en el corazón para tener una verdadera transformación de carácter. Todo esto en preparación al juicio que ya ha llegado.
EPILOGO
Este movimiento llama a la restauración del verdadero evangelio, del verdadero carácter de Dios y de la ley en su verdadera luz. Aunque son más los cristianos que enseñan que la ley fue solo para los judíos y que fue abolida en la cruz, todavía hay muchos que enseñan la validez de los 10 mandamientos para el cristiano convertido. Pero este movimiento llama a ambos grupos a una reforma, ya que, a pesar de la sinceridad de estos últimos, todavía hay una parte de la ley que debe ser restaurada en forma especial en este último tiempo, como preparación para el juicio (nuevamente dejemos que la Biblia se interprete a sí misma, pues no cabe ya más comentario):
APOCALIPSIS
14:7
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ECLESIASTES
12:13-14
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Temed a Dios
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Teme a Dios
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Dadle gloria
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Guarda sus mandamientos
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La hora de su juicio ha llegado
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Dios traerá toda obra a juicio
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EXODO
20:11
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Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra,
el mar y las fuentes de las aguas.
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Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la
tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el día sábado; por tanto, Jehová bendijo el día sábado y lo santificó.
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*Por ejemplo, amar al prójimo como a uno mismo como aparece en Levítico 19:18 consiste en hacer las acciones concretas de los versículos 9 en adelante.
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