En el año 2006, en un foro cristiano, refuté a alguien quien decía que el libro de Daniel se escribió más o menos por el año 165 a. c. Los argumentos a favor de esta postura fueron defendidos por mucho tiempo; pero estudios recientes han refutado uno a uno (con escepción del argumento del rey Darío el cual deja dudas). Las investigaciones sobre Daniel muestran que cada vez que la Biblia es puesta en duda, nuevos descubrimientos la respaldan y hechan por tierra las posturas de sus detractores.
Daniel NO se escribió en el 165ac
Quienes estudian Daniel desde el punto de vista del humanismo racionalista no pueden acomodar la revelación sobrenatural a su comprensión del libro. Tal perspectiva, de hecho, excluye la posibilidad de que las profecías de Daniel fueran realmente dadas en el siglo VI a.c. y que predijeran eventos centenarios posteriores hacia el futuro. La explicación usual es que el libro fue escrito mucho después, por el siglo II a.c. Suponen que el escritor debió haber sido un autor anónimo que vivió en el 165ac durante la época de Antioco IV Epifanes, quien persiguió a los judíos e interrumpió los servicios del templo, se piensa que gran parte de la profecía de Daniel esta centrada en el y en sus actividades de persecución. De este modo esos teólogos argumentan que las así llamadas profecías de Daniel realmente son historias escritas en forma de profecía. Es decir, un autor del siglo II a.c baso su material sobre eventos contemporáneos que sucedieron a su alrededor, pero los presento en forma de profecías que aparentaban haber sido escritas en el siglo VI a.c. prediciendo estos eventos.
Y si el autor de Daniel realmente vivió en el siglo II a.c., naturalmente no habría podido presentar la historia del siglo VI a.c. sin cometer algunos errores. De este modo, según este argumento, las inexactitudes en la historia de Babilonia y el siglo VI a.c., son prueba de una autoría posterior para el libro y para la falta de un elemento predictivo verdadero en la profecía.
Ahora revisaremos la evidencia sobre las cuales se basa esta suposición y examinaremos si efectivamente son errores históricos o una mala comprensión de parte de los críticos.
1) LA DATACION DE DANIEL 1:1
Daniel 1:1 da la fecha para el primer sitio de Jerusalén por parte de Nabucodonosor como “en el año tercero del reinado de Joacim rey de Juda”. Los teólogos críticos aseguran que al correlacionarlos con los eventos descritos en las propias crónicas de Nabucodonosor, la fecha correcta es realmente en el cuarto año de Joacim, o el año 605ac.
La secuencia de los eventos seria de esta manera: Josias, rey de Juda, murió cuando fue a pelear con el Faraón Necao en Meguido en el verano del año 609ac, mientras el gobernador egipcio subía del norte para batallar con los babilonios (2 Reyes 23:29). Una fecha exacta para esta campaña de Necao se puede obtener de las Crónicas Babilónicas, el registro oficial de los primeros once años del reinado de Nabucodonosor. Al regreso del norte de Siria en el otoño de ese mismo año, Necao depuso a Joacaz, rey de Juda, y lo llevo hacia Egipto (2 Reyes 23:33-35). En su lugar instalo a Joacim como rey (vs. 34)
Aquí, el punto cronológico importante es que esta ultima transición, la instalación de Joacim como rey de Juda, ocurre después de la Fiesta de las Trompetas (Rosh Hashanah), para el nuevo año otoñal. Por lo tanto el primer año oficial del reinado de Joacim comienza el otoño del año 608ac. El periodo de tiempo posterior a este nuevo año otoñal era conocido como el “año ascensorial” o año 0. De este modo, el primer año de Joacim, mencionado en Daniel 1:1 comienza en el otoño del año 606ac y se extiende hasta el otoño del año 605ac. Dentro de este año Nabucodonosor peleo la batalla de Carquemis en Siria en la primavera (Jeremías 46:2). Llego a Jerusalén en el verano de ese año antes de otoño cuando comenzaría el cuarto año del reinado de Joacim.
Por lo tanto, si uno interpreta esta fecha según el principio de calculo del año ascensorial y el calendario judío, (de otoño a otoño), la fecha calza perfectamente con el año judío del 606/605ac, lo cual históricamente es correcto.
2) BELSASAR COMO REY DE BABILONIA
Otra critica de los episodios históricos de este libro se centra en torno a la figura del rey Belsasar del capitulo 5. A través de varias fuentes históricas queda claro que el último rey del imperio Neo-Babilónico fue Nabonido, y no Belsasar. Sin embargo, Daniel 5 presenta a Belsasar como el rey que estaba en el palacio de Babilonia durante la noche en que la ciudad cayó en manos de los persas.
El conocimiento acerca de la existencia de Belsasar quedo perdido desde la antigüedad hasta el año 1861. Durante esos años, fue un desconocido en las fuentes historias primarias, y se desarrollaron varias teorías acerca de su identidad, especialmente durante los siglos XVIII y XIX. En el año 1861 fue publicada la primera tableta cuneiforme que menciona por nombre a Belsasar. Veinte años después, fueron publicadas las Crónicas de Nabonido, las que hablan acerca de una serie de años durante los cuales Belsasar manejo los asuntos gubernamentales desde Babilonia, mientras que su padre estaba en Arabia. Finalmente en el año 1924, fue publicado otro texto cuneiforme, actualmente conocido como “El poema fiel de Nabonido”. Relata, entre otras cosas, que cuando Nabonido dejo Babilonia, “confió el reino” a su hijo Belsasar. Así que, en los últimos años se han descubierto una serie de tabletas totalmente interconectadas que revelan el rol que Belsasar jugo en los eventos políticos y militares de Babilonia en el siglo VI a.c.
Pero los críticos han destacado otro detalle: Ninguno de estos documentos se refiere a Belsasar como “Rey”. Estos no consideran la practica de la corregencia: David puso a Salomón en el trono junto con el, por lo que en aquella época hubieron dos reyes gobernando a Israel. Y no solo aquella vez, sino que esta costumbre se repitió en varios periodos de la historia de Israel. Daniel se refirió a Belsasar como rey sencillamente porque el ocupaba la posición del rey y funcionaba como tal. De hecho, era a lo que se refería “El poema fiel de Nabonido” cuando dice “le confió el reino”
Es interesante notar que Daniel nos dice que era Belsasar quien estaba en el palacio la noche en que el imperio cae, de haber sido escrito por un autor posterior probablemente hubiera cometido el error de poner en el palacio a Nabonido, el ultimo rey conocido, pero el autor sabia exactamente quien estaba en ese momento y quien no. Las crónicas de Nabonido indican que Belsasar estaba en la ciudad con una division del ejercito mientras su padre estaba en Arabia con otra para enfrentarse a los medopersas por el este.
Bien escribió uno de los críticos al libro: “Cabe suponer que nunca sabremos como el autor de Daniel supo de estos eventos”. Nosotros si sabemos: Daniel, el autor del libro, era un testigo presencial de los hechos.
3) EL REINO SEPARADO DE LOS MEDOS
Algunos críticos y preteristas dicen que la secuencia de las profecías de los capítulos 2 y 7 de Daniel muestran a un reino medo separado, es decir, en lugar de interpretar la secuencia como tradicionalmente se ha hecho: Babilonia – Media y Persia – Grecia – Roma, la interpretan como Babilonia – Media – Persia – Grecia. Se fundamentan en que Daniel menciona a un rey llamado “Darío el Medo” lo que daría a entender que el autor tardío consideraba al reino de Media y Persia como reinos separados, y, siguiendo la secuencia, la visión profética terminaría con los griegos y con Antioco Epifanes.
Antes de la época del imperio Medopersa, estos dos reinos estuvieron divididos, pero seria un error histórico mencionar un reino dividido después de la caída de Babilonia. Los medos fueron conquistados en el siglo VI a.c.
Quienes sostienen esta posición no consideran la base de las evidencias del texto: En el capitulo 8 el ángel claramente a la segunda bestia, el carnero, con “los reyes de Media y de Persia”. En el capitulo 6, Darío dicta una ley que no podía ser abrogada “conforme a las leyes de Media y de Persia”. También vemos en Daniel 5:28 que el reino de Belsasar seria “dividido y dado a los Medos y Persas”
Por lo tanto el libro no da lugar para terminar la secuencia en Grecia separando los reinos de Media y de Persia. La secuencia correcta es como tradicionalmente ha sido interpretada: Babilonia – Medopersia – Grecia – Roma
4) DARIO EL MEDO
Este punto no es tan claro como el del reinado de Belsasar, y los teólogos conservadores han tratado de explicar de varias formas este punto. Nosotros vamos a considerar 2 puntos:
Primero, Sabemos que hubo un corregente en el primer año del control Persa. Las tabletas de negocios de Babilonia llevan los nombres de los reyes y la fecha del documento con relación al año del gobierno del rey. Por estos documentos sabemos que en el primer año de la conquista, Ciro no llevo el titulo de “Rey de Babilonia”
Segundo, En la antigüedad era costumbre de algunos reyes cambiar de nombre en el momento de la coronación, tenemos el ejemplo del rey Azarias quien era también llamado Uzias. Era una costumbre muy común en Egipto, y aunque entre los babilonios era muy raro, entre los Persas era más común. Entonces Darío podría haber sido el nombre de entronización.
5) LA DATACION DEL IDIOMA ARAMEO
Los primeros estudios argumentaban que el arameo de los capítulos 2-7 de Daniel era muy cercano al arameo del siglo II a.c. Llegaban a esta conclusión porque solo se conocía un juego de textos del arameo antiguo, el Papito Elefantino de Alejandría, que data del siglo V a.c. Dado que el arameo de Daniel es distinto al arameo del papiro, se sostenía que eran de épocas distintas.
Sin embargo, en tiempos más recientes se han encontrado numerosos documentos que nos muestran un cuadro completo del idioma y su desarrollo. Ahora se sabe que el Papiro Elefantino refleja un dilecto egipcio del arameo, el cual difiere del dialecto usado en Irán, Siria, Juda y Babilonia. Varias características del arameo de Daniel que antes se consideraban como de un periodo tardío, ahora se sabe que corresponde a las características típicas tempranas del arameo de Babilonia donde vivía Daniel.
Entre los rollos del Mar Muerto se encuentran documentos que datan de los siglos II y I a.c. El arameo de Daniel es más antiguo que el de estos documentos. Además esta comprobado sobre la base de estos documentos que el arameo de Daniel no es de origen palestino, mas bien es de origen oriental.
Actualmente, al arameo de Daniel se le conoce como “Arameo Imperial” por ser el usado en los imperios Babilónico y Medopersa
CONCLUSION
Después de examinar las principales objeciones para la exactitud histórica del libro de Daniel, podemos decir con certeza que su lenguaje y contenido histórico corrobora el testimonio del mismo libro, que fue escrito en el siglo VI a.c. De este modo se destruye el argumento de sus críticos: que no podemos confiar en sus declaraciones proféticas debido a su inexactitud histórica.
* Tomados del libro "Daniel" de William Shea.
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